Nada de nuevo hasta allí excepto tal vez que no tengo tiempo libre. Pero tampoco se decir que no. Lo que hace que tenga cinco computadoras listas para ser arregladas y que posiblemente cuando arregle una ya no se consigan repuestos adecuados.
Pero no quiero escribir sobre computadoras. Sino sobre el tiempo que no tenemos y que se ha convertido en la cosa más preciada para nuestra civilización. Es hora de reclamar nuestro tiempo y volverlo nuestro.
Y no se vaya a pensar que voy a dar una clase de superación personal en donde diré algunas frases positivas, le daré la vuelta a algún concepto e introduciré una metáfora nueva que canalice esa búsqueda. Nada de eso porque recuerden que ni yo mismo tengo tiempo.
Y no tengo tiempo de escribir ese discurso de superación, ni tengo tiempo de arreglar computadoras y tengo que escribir rápido porque no tengo tiempo de escribir.
Voy en camino a mi propia destrucción.
Eso si, no me detengo y voy a tratar de descubrir que es lo que ocupa mi preciado tiempo.
Yo recuerdo que mi abuelito se levantaba, iba a trabajar en la finca, desayunaba, perseguía vacas, iba al pueblo a vender y comprar cosas, volvía a recoger frutas y no sé qué cosas mas pero entre todo lo que hacía lo único que no recuerdo decirle era que no tenía tiempo.
¡Ese infeliz que me enseño a amarrar burros en un árbol no se tomo la molestia de enseñarme a reposar!
Debo parar aquí y sacar el tiempo de mostrarles algo: Notaron que hace tres párrafos yo escribí: “Eso si, no me detengo y voy a tratar de descubrir que es lo que ocupa mi preciado tiempo.” Esa frase tiene todas las características de alguien que no va a sacar tiempo para nada. Nótese que la frase está condicionada a algo más. “eso si…” Nada surge de una condición porque en cuanto lo que causa la condición desaparece, yo me detendré. Y miren la frase en donde dice: “…y voy a tratar de descubrir”
El Verbo TRATAR significa NO HACER.
Es como si el novio enamorado se para en la iglesia, y con ojos dulces le dice a tu hija: “y voy a tratar de ser un buen esposo”. Ya sabemos que va a pasar. El infeliz ya está divorciado y aun no se ha casado.
Ahora hablemos de la palabra “infeliz”, Ya sé que se dieron cuenta que la utilice con mi abuelo. Mi abuela no hubiera visto con buenos ojos que yo trate así a su esposo. Mi padre me gritara en cuanto lo descubra pero tiene un sentido y es el significado de las palabras.
¿Qué tiene esto que ver con que no tengo tiempo para arreglar computadoras?
¡Ahí está la raíz del conflicto!
Nos hemos convertido en una civilización que no se concentra. Y todo lo causo los discos compactos.
¿Se acuerdan ustedes, y me refiero a aquellos afortunados que escucharon, bailaron y se enamoraron mientras escuchaban un disco de vinilo, se acuerdan que uno escuchaba un disco entero, le daba la vuelta y lo seguía escuchando todo?
Pues los discos compactos acabaron con eso. Después se inventaron el MP3 y ¿notaron que paso? ¡nadie volvió a escuchar un disco completo! Eso paso.
Ahora somos una civilización que escucha medio disco, nos inventamos los mosaicos y en las discotecas encontramos gente que mezcla música.
¡Somos ineficaces! Nuestros proyectos duran treinta segundos.
Voy a parar. Me canse de correr a la velocidad que no se ni quien me impone. Voy a tratar de escuchar una canción completa.
¿Tratar?
Voy a escuchar las canciones completas. Solo aceptare computadoras cuando lo pueda hacer y terminar mi trabajo. Solo aceptare invitaciones a fiestas cuando este decidido a ir, solo tendré novia cuando mi esposa me deje.
Porque soy casado y a veces se me olvida que mis decisiones deben ser un compromiso de mutuo acuerdo.
Y ya me Salí del tema… prosigo: Solo recibiré llamadas telefónicas cuando tenga tiempo de hablar por teléfono y además no volveré a llamar infeliz a mi abuelo que fue el que me enseño a arreglar computadoras.
No que el tipo las haya conocido. Se hubiera muerto mucho tiempo antes si llega a ver una película en un monitor, pero con su forma de ser, me estaba inculcando a hacer una cosa a la vez y a no quejarme, cosa que yo no aprendí porque no tenía tiempo de ver mensajes subliminales. Por ejemplo él una vez me llevo al pueblo y me monto en el mismo burro en el que iba sentado. De pronto empezó a hablar.
Nada de raro hasta aquí solo que me di cuenta que iba hablando solo. Yo me quede callado escuchando la conversación que el tenia con no sé cuantas personas y yo detecte que eso era algo que los viejos hacían en su edad dorada.
¡falso!
Por no tener tiempo de apreciar las cosas con más calma fue que no me di cuenta de lo que en realidad estaba ocurriendo: El infeliz me estaba enseñando a escribir. El no se molesto en enseñarme el abecedario o al manejo de las tildes en las esdrújulas. Nada de eso. Eso él se lo dejo a mi abuela. Pero el me enseño a soñar. Fue como una manera de decirme: Si no tienes con quien hablar, invéntate los personajes y te maravillara las conversaciones que tú mismo puedas tener.
El viejo se murió un día sin darme ni un solo consejo. Pero ahora cuando escribo algo, se que el viejo se asoma tras de mí para asegurarse que lo estoy disfrutando y para reírse el solo, al saber que aunque él no me enseño a manejar mi tiempo, si me mostro como soñar y que cuando empezara a escribir algo, no tuviera miedo, de no saber que decir porque al final solo iba a escribir sobre algo más grande que yo: Mi tiempo.
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