Todos aquellos autores novatos que sueñan con escribir una canción vallenata, deben saber que antes de emprender tal labor, hay que saber lo que hay detrás de un vallenato , para poder lograr las condiciones correctas que hacen de una canción, una melodía vallenata.
Primero debes de tomar un indio de la región del Valledupar. No tardaras en descubrir que estos son indios pasivos y hasta podría decirse que tristes. No se dejen engañar, no es que estén depresivos, es que son indios sencillos, criados de la misma manera durante cientos de años. Este indio le dará el tono triste a nuestro vallenato. Sera el toque indígena lo que nos hará llorar a aquellos que orgullosamente somos llorones.
Ahora debes tomar un español. El español le dará a nuestro vallenato la letra de la canción. El podrá escribir cualquier cosa con elegancia. A veces podría abusar del lenguaje pero no se le podrá negar que le queda bien cualquier cosa que escriba.
Solo un detalle irónico: ahora mezclamos al español con el indio. Ya la mezcla le da el sabor vallenato. Ya tenemos una buena letra con sabor triste. La verdad no es que podamos hacer mucho con esta mezcla porque ni el indio sabe escribir, ni el español sabe qué hacer con la melancolía. Es ahí en donde el tercer ingrediente hace la fusión perfecta.
Nuestro tercer ingrediente es un negro africano. El negro no sabe escribir ni le interesa. No tiene tiempo de mirar un pájaro por tres días para “aprender una lección” pero el africano tiene sabor, no se puede quedar quieto y es capaz de bailar en un velorio.
Así que nuestra tarea es recrear lo que paso en Valledupar. Nunca sabremos en que momento los tres se encontraron o si se estrellaron o ni se dieron cuenta de la fusión que estaba ocurriendo, pero la mezcla ocurrió y se le llamo vallenato.
Y eso fue lo que paso en nuestra tierra Colombia, en donde solo faltaba un pequeño detalle para completar esta receta: Un instrumento musical. Que vino a ser el Acordeón que era traído por los marineros europeos que se ponían a tomar alcohol, enamorar mujeres y les tocaba dejar el acordeón empeñado.
Así que ya tendrán una idea de cuantos marineros se emborracharon en Barranquilla.
¿Ustedes creen que un negro escucha la letra de un vallenato? ¿o que un indio está interesado en los pases de baile de ese ritmo?, ¿O que el español se da cuenta que la canción le salió triste?
Nada de eso, porque en Valledupar nadie se dio cuenta cuando se mezclaron unos con otros y por eso cuando vayan van a encontrar negros de ojos verdes con apellidos de virreyes.
Súmenle a eso el machismo colombiano y ya tendrás un nuevo ingrediente que es lo que nos permite descubrir en la canción “La Celosa” que cuando un hombre sale a bailar con una “amiguita” es por el amor que se le tiene a la “novia oficial”: “Lo que pasa es que yo quiero que descanses, pa' tenerte siempre bien conservadita”
Y si quieres escribir un vallenato en New York, tendrás que cerras los ojos primero para poder ver una “Casa en el aire” y poder sentir “la Gota fría” que te cause la ausencia de un “Rio Badillo”.
Y si tu novia te abandona, no pierdas el tiempo llorando . Deja que el español que llevas dentro, relate toda la historia como solamente a un indio le puede pasar y deja que el africano que corre por tus venas se exprese: Así se escribió la Cañaguatera.