Saturday, March 21, 2009

La Basura

Imagínate si paras....

Ya se que no te puedes mover.
No tienes deseos de hacer nada.
Estas cansada.
Siéntate. Prepárate un café.
O un agua de hierbas.
Y piensa en los años que han pasado.

A veces te sientes que te has esforzado tanto y no puedes ver el valor de eso. No ves los frutos.

¿Frutos?

Déjame te cuento algo. Mis abuelos vivian en una finca. Tenían muchos árboles de frutas. Mandarina, naranja, guayaba, mangos, café ...etc.

La cocina estaba a un costado de la casa y ella había tomado la costumbre de botar toda el agua que utilizaba en la preparación de los alimentos, al pie de un mandarino que estaba en el patio de su casa.

Aquel árbol en el que yo me subía y me quedaba mañanas enteras comiendo mandarinas se convirtió en un árbol inmenso. Imagínate el árbol más grande de mandarina. Con muchas ramas. Era de alto como una casa de 3 pisos. Y si nunca has visto un árbol de mandarina tan grande y crees que estoy delirando, solo cree en mí.

Era inmenso.

En tiempo de cosecha, nadie podía tomar una mandarina de aquel árbol.
Solo ella estaba autorizada por ella misma a tomar sus frutos y lo hacia porque llevaba la cuenta exacta de cuantas mandarinas le sacaba.

No recuerdos sus números, pero recuerdo que cuando ella me los decía yo no le podía creer y si no fuera por la capacidad que tenia para los números la declararía una anciana demente.
Era asombroso ver aquel árbol lleno de frutos en su tiempo de cosecha.

Frutos.....

Así es. Y mi abuela no se quejaba cuando el arbolito no tenía nada que ofrecer que no fuera su sombra. Debe ser que por dentro mi abuela sabía que en aquellos troncos corría la sábila más fértil de mi pueblo. Y ella sabía por que... por toda el agua con peladura de
papa, con el agua que había limpiado las cebollas y lavado la carne con sangre coagulada.
Basura, dirían algunos... un verdadero tesoro, diría mi abuela.

Y así es tu trabajo. A veces cuando los miras muy de cerca, ves basura, no ves su valor y su verdadero fin.
Mi abuela tiraba esa agua, las gallinas se espantaban, los perros corrían a ver si algún pedazo de carne se había quedado allí, y el mandarino se tragaba todo eso.

¿Y en tiempo de cosecha?.... nadie se acordaba de la "basura" con que se había alimentado. Creo que ni mi abuelita se acordaba.

Así es nuestra vida.

Debemos hacer cosas y a veces tirarle "basura" a nuestro objetivo, porque ¿sabes que? Es
basura solo si tu la llamas así.

Si tu dices que lavarle la ropa a tu esposo es de esclavas, pues asi debe ser. Pero si tú lavas la ropa y le agradeces al jabon que permite sacarle la mugre a aquellas prendas que una vez limpias le permitirán hacer lucir mejor a tu pareja, entonces aquella labor no será de esclavas. Será un honor hacerlo y si tu esposo decide traer una persona a que lave por ti, hasta te puedes poner violenta de solo pensar que te quitan el derecho a hacer algo que al fin de cuentas los beneficia a los dos. ¿No vas a querer que tu esposo llegue cochino y maloliente a la iglesia, no?

Pero hay algo más. Cuando mi abuela empezó tirandole el agua sucia al mandarino no se imagino que un día tendría que llevar libros de contaduría para poder contar los beneficios.

¿Que tal?

¿No te excita la idea de empezar a mirar cada cosa que tú haces con más valor aunque hoy no le veas el valor?

¿No te excita la idea que tu nieto se burle de ti como lo hago yo de mi abuela, contándole a sus hijos que su abuela un día se gasto una semana entera leyendo el manual de una video grabadora porque no iba a permitir que nadie que no fuera ella misma, grabara el momento en que su hija recibiera el diploma?

¿Te imaginas a tus hijos apenados porque todos se ríen de la vieja que mas grita cada vez que el delantero hace un gol, eres tú? Pero es que nadie entiende más a la madre del "delantero" que la madre misma. Y no intentes explicarles que detrás de cada gol, hubo noches de trasnocho y momentos de soledad. Como explicarles que ese diploma no es de papel, sino de largas noches pensando si planchar una camisa valdrá la pena.
Como explicarles que el ultimo gol no empezó cuando el "delantero" patio con fuerza. ¿Como explicarles que ese gol empezó a generarse cuando tú lo cargabas de pequeño y le cambiabas el pañal cada 2 horas en lugar de las 4 recomendadas porque tú no querías que su rabito se quemara?

Mi abuela le echaba agua sucia al mandarino.

Eso dirán los que solo miran.

Los que ven, veran una vieja que sabe que para desenterrar un tesoro, primero tienes que enterrarlo y para enterrarlo, debes empuércate las manos. Y eso no es basura. Eso es un honor.


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